Su máxima preocupación es plasmar la vibración cromático-lumínica en sus lienzos. La luz engendra el color y la forma. Sus temas preferidos son las marinas, las escenas fluviales y los paisajes. Ejemplos: Impresión atardecer, Regatas en Argentuil, Las amapolas, Paseo con sombrilla, La estación de San Lázaro, La Catedral de Rouen.
Degas (1834-1917)
Es un impresionista más de la forma que del color. Es un hábil dibujante, le preocupó captar el movimiento con fidelidad, de ahí que desarrollara temas como las bailarinas y las carreras de caballos.
Es un gran observador de la mujer, capta las posturas más insólitas, las poses naturales e instantáneas. Algunas de sus obras son: Clase de danza, La bebedora de ajenjo, Bailarina en la escena, Planchadores, Carreras. Cultivó el dibujo en detrimento del color, por lo que no armonizó bien con el Impresionismo, y tampoco con las tendencias conservadoras por sus temas contemporáneos.
Renoir (1841-1919)
Ofrece una interpretación más sensual del Impresionismo. Se pone en relación con los pintores del S. XVIII que mostraban la sociedad galante del Rococó.
En sus creaciones muestra la alegría de vivir, incluso cuando los protagonistas son trabajadores. Siempre son personajes que se divierten, en una naturaleza agradable. Trató temas de flores, escenas dulces de niños y mujeres y sobre todo el desnudo femenino, que recuerda a Rubens por las formas gruesas.
Renoir posee una vibrante y luminosa paleta que hace de él un impresionista muy especial. El palco, El columpio, El Moulin de la Galette, Le dèjeuner des canotiers, Bañistas, son sus obras más representativas.
Edgar Degas
(Hilaire Germain Edgar Degas; París, 1834 - 1917) Pintor impresionista francés. A pesar de que inició sus estudios de derecho, gracias a la desahogada economía familiar y al beneplácito de su padre (cuya cultura y sensibilidad ante lo artístico resultó fundamental en su etapa de formación), Edgar Degas se dedicó bien pronto a la pintura. En 1853 ingresó en el taller del pintor Barriasy y en 1854 recibió las enseñanzas de Louis Lamothe, seguidor de Ingres.
Sin embargo, su privilegiada condición social, que determinará toda su vida y una buena parte de su obra, le permitió acceder a las colecciones particulares de pintura de la clase alta parisiense y formarse en la tradición clásica como autodidacta a través de múltiples viajes. En Florencia, conoció en casa de su tío, el barón Bellelli, copias y originales de Rafael, Mantegna, Pollaiuolo, Ghirlandaio y Botticelli.
Por los testimonios de la época se sabe que Degas era un hombre tímido, sensible, algo retraído, con una gran vida interior que a veces le dificultaba la relación con sus semejantes, tal como puede observarse en la serie de autorretratos que realizó entre 1854 y 1858, donde se aprecia la influencia de Ingres. En la década de los sesenta, la posibilidad de entender la pintura como un ejercicio artístico, ajeno a las alegorías y al trasfondo moralista de los grandes cuadros de historia, era todavía incierta y dudosa.
Sin embargo, las recientes muertes de Vernet, Delacroix e Ingres abrieron un hueco en el que pudo desarrollarse, de la mano de Manet y Degas, lo que Baudelaire denominó enfáticamente el "heroísmo de la vida moderna". La familia Bellelli (1858-1875, Museo de Orsay, París) surge de unos retratos de sus primas que Degas pintó durante su primera estancia en Florencia, y muestra un análisis visual de la familia en el que los caracteres de los personajes (la atenta e inquieta tía Laura, su esposo Genaro, las dos niñas), junto con la verosimilitud del mobiliario y los objetos personales, constituyen una composición realista, fiel testimonio de la vida moderna.
La obra, sin embargo, puede entenderse también como una alegoría de la continuidad temporal familiar, pues el dibujo que cuelga de la pared representa al abuelo Degas, patriarca de la familia, mientras delante de él, la propia Laura Bellelli se encuentra embarazada; son cuatro y no dos -como parece a simple vista-, las generaciones plasmadas en el cuadro: el pasado alimenta al presente para proyectarse en el futuro, como ocurre en toda la obra de Degas.
Análisis Ideológico: ideología cultural
Análisis sensorial: La obra, sin embargo, puede entenderse también como una alegoría de la continuidad temporal familiar, pues el dibujo que cuelga de la pared representa al abuelo Degas, patriarca de la familia, mientras delante de él, la propia Laura Bellelli se encuentra embarazada; son cuatro y no dos -como parece a simple vista-, las generaciones plasmadas en el cuadro: el pasado alimenta al presente para proyectarse en el futuro, como ocurre en toda la obra de Degas.De regreso a París, tras una estancia en la villa Médicis de Roma, Degas descubrió el fascinante mundo escénico que tanto exaltó en su pintura. Aunque de connotaciones alegóricas, el retrato de Mademoiselle Fiocre en el ballet La Source (1868, Brooklyn Museum, Nueva York) expuesto en el Salón de 1868, representa su aparición en el panorama artístico parisiense.
Tendencia de la obra: impresionismo
Análisis Ideológico: ideología cultural
Análisis sensorial: Su obra Orquesta de la ópera (1868-1869, Museo de Orsay, París), debía haber sido un retrato del fagotista Désiré Dihau, pero finalmente se convirtió en una composición en la que algunos de sus amigos, como el compositor Emmanuel Chabrier y otros músicos -pintados casi a la manera de Ingres-, se encuentran coronados por un friso de bailarinas decapitadas. Tras la visión instantánea y objetiva de encuadre espontáneo se esconde un complejo artificio compositivo que reclama el derecho a establecer nuevas reglas para la representación realista de la imagen de una época.
Las relaciones de Degas con el movimiento impresionista fueron bastante complejas. A pesar de que participó en siete de las ocho exposiciones del grupo y mantuvo diferentes contactos con todos los pintores que lo constituían, se negó sistemáticamente a practicar la pintura al aire libre y su obra posee indudables resonancias realistas e incluso clásicas.
Tendencia de la obra: impresionismo
Análisis Ideológico: ideología cultural
Análisis sensorial: La captación visual del instante en Degas no puede asociarse al paisaje, que apenas practicó, aunque sí puede reconocerse en algunas pinturas relacionadas con la música, el baile o la escena. El padre de Degas escuchando a Lorenzo Pagans (1869, Museo de Orsay, París), representa un momento preciso de una de las veladas musicales que su padre organizaba en su propio domicilio; el instante es retenido, pero no sólo a través de la referencia visual, sino también por medio del gesto del cantante y guitarrista Lorenzo Pagans -boca abierta y mirada perdida-, así como por el movimiento capturado de sus manos durante la ejecución de una pieza y la expresión de ensimismamiento del padre.
Tras la guerra franco-prusiana, en la que participó alistándose en la Guardia Nacional, Degas regresó a París y frecuentó el ballet de la Ópera de la calle Peletier, iniciando sus primeras y míticas series de bailarinas hacia 1872. Dos años después, cuando participó en la primera muestra impresionista, su pintura fue una de las menos criticadas debido al perfecto dominio del dibujo, entendido éste sólo como un análisis de la realidad.
Tendencia de la obra: impresionismo
Pierre Auguste Renoir (25 de febrero de 1841 - 3 de diciembre de 1919), es uno de los más célebres pintores franceses. No es fácil clasificarlo: perteneció a la escuela impresionista, pero se separó de ella rápidamente por su interés por la pintura de cuerpos femeninos sobre los paisajes. El pintor Rafael tuvo una gran influencia en él. [cita requerida]
El impresionismo es un movimiento pictórico que surge en Francia a finales del siglo XIX, en contra de las fórmulas artísticas impuestas por la Academia Francesa de Bellas Artes, que fijaba los modelos a seguir y patrocinaba las exposiciones oficiales en el Salón parisino.
El objetivo de los impresionistas era conseguir una representación del mundo espontánea y directa, en pinturas creadas directamente "in situ", no elaboradas en el taller tal y como se estilaba hasta entonces. En parte por la necesidad de abreviar la ejecución, se recurre a una pincelada rápida y suelta, y a formatos manejables frente a los formatos monumentales típicos de la pintura académica.
Renoir, ofrece una interpretación más sensual del impresionismo, más inclinada a lo ornamental y a la belleza. No suele incidir en lo más áspero de la vida moderna, como a veces hicieron Manet y Van Gogh. Mantuvo siempre un pie en la tradición; se puso en relación con los pintores del siglo XVIII que mostraban la sociedad galante del rococó, como Watteau.
En sus creaciones muestra la alegría de vivir, incluso cuando los protagonistas son trabajadores. Siempre son personajes que se divierten, en una naturaleza agradable. Se le puede emparentar por ello con Henri Matisse, a pesar de sus estilos distintos. Trató temas de flores, escenas dulces de niños y mujeres y sobre todo el desnudo femenino, que recuerda a Rubens por las formas gruesas. En cuanto a su estilo y técnica se nota en él un fuerte influjo de Corot.
Renoir posee una vibrante y luminosa paleta que hace de él un impresionista muy especial. "El palco", "El columpio", "El Moulin de la Galette", "Le dèjeuner des canotiers", "Bañistas", son sus obras más representativas.
La primera salida
La primera salida es un cuadro del pintor francés Pierre-Auguste Renoir. Está realizado al óleo sobre lienzo. Mide 65 cm de alto y 49,5 cm de ancho. Fue pintado entre 1876 y 1877. Se encuentra en la Tate Gallery de Londres.
Se describe en este cuadro la emoción y la vida social que representaba un teatro de ópera en la época. La mitad derecha está dedicada a dos jovencitas que, desde la intimidad de su palco, contemplan la actividad en los otros palcos, que se desarrolla en la mitad izquierda de la pintura.
Su clara piel juvenil y el cabello pelirrojo contrastan con el sombrero azul y el vestido de color oscuro
Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) es uno de los pintores que conformó el grupo de los Impresionistas. Como todos ellos, tuvo en los contrastes lumínicos una de sus características más acusadas. Ello lo podemos ver en obras tan conocidas como el Baile en el Moulin de la Galette, en donde apreciamos cómo la luz se filtra a través de los árboles para crear los deseados efectos de luz sobre los numerosos personajes que componen la escena, que nos habla de los divertimentos ociosos de la burguesía parisina del último tercio del siglo XIX. En su producción destaca la luminosidad con la que se acerca a la representación del cuerpo humano, especialmente el femenino, que será abordado con regularidad hasta el final de sus días.A pesar de su inicial militancia en el Impresionismo, cuando las propuestas del estilo comiencen a agotarse y sus integrantes se dispersen, Renoir tomará un camino en el que, más que evolucionar en la depuración de las formas y los contornos de las figuras, optará por una vuelta al clasicismo, de forma que retomará el dibujo, que tan en segundo plano había quedado en algunas de sus obras. En este cambio ejerció una notable influencia un viaje a Italia, que le hizo descubrir la magia del Renacimiento. Este cambio de rumbo lo podemos ver en Los paraguas, fechado en 1885, pero incluso antes podemos apreciar esa paulatina vuelta a los presupuestos más clásicos. Un ejemplo puede ser El almuerzo de los remeros, una de sus obras más populares, en la que parecen fundirse Impresionismo y Clasicismo a partes iguales. Temáticamente, Renoir recurre aquí nuevamente a los momentos de relax de la sociedad de su tiempo, y nos muestra una escena cotidiana y llena de encanto que además supone un estudio psicológico de cada uno de los personajes retratados, que interactúan entre ellos en torno a una mesa repleta de manjares y bebidasOs dejo por aquí un fragmento de una hermosa película, "Amèlie", en donde podemos ver un curioso análisis de esta obra, a través de un anciano que lleva años reproduciéndola. Es consciente que cada vez que la pinta, las expresiones de los personajes varían, pero se siente incapaz de explicar qué es lo que siente la niña que, al fondo, eleva su vaso hacia la boca. ´Dicha secuencia la podéis ver nada más pulsar el "play"
Las grandes bañistas son un cuadro de Auguste Renoir, pintado entre los años 1884 y 1887, perteneciente al periodo ingresco de la obra del pintor. Se conserva en el Museo de Arte de Filadelfia (Estados Unidos).
Esta gran pintura, que realiza poco después de su retorno de Italia, marca una etapa importante en la obra de Renoir. Se inspira en una escultura de François Girardon (El Baño de las Ninfas (1672)), bajorrelieve en plomo realizado para una fuente del parque de Versalles), pero había sido igualmente influenciado por las obras de Ingres y, sobre todo, de los frescos de Raphael, de cuyo artista se impregnó a lo largo de su viaje a Italia. Estos dos grandes artistas van a influir desde entonces en la manera de pintar y de dibujar de Renoir, que a partir de entonces va a pintar de una manera más disciplinada y más clásica. Él renuncia a pintar al aire libre y desnudos femeninos -que era hasta entonces la esencia de su pintura- su sujeto principal.
En esta época, Renoir comenzará a desmarcarse del impresionismo y atravesará por un periodo de dudas. Más tarde confesará a Ambroise Vollard:
"Hacia 1883, se había producido una fragmentación en mi obra. Yo había estado entorno al impresionismo y llegaría a esta constatación en que yo no sabría ni pintar ni dibujar. En una palabra, yo estaba en un callejón sin salida."
Su nueva manera -iniciada en su vuelta de Italia- que corresponde al periodo conocido como "seco" o "ingresco", es además caracterizado por un dibujo más preciso como en "Los Paraguas" (1882-1884) o "El Baile en la ciudad" (1883)
En "Los Grandes Bañistas" Renoir un contorno neto, una materia lisa y un reparto de la luz uniforme. El dibuja las formas con más rigor, los colores se vuelven más fríos. El deseaba que las formas femeninas fueran más talladas ,estructuradas, es lo que le reprocha Camille Pissarro. Los cuerpos se vuelven más importantes que los decorados, como si estos conservasen un papel por jugar. El decorado no es más que un primer plano. Se inspira profundamente en Cézanne, con el que había pasado algún tiempo pintando en L'Estaque en su retorno de Italia.
Las dos principales modelos de "las Grandes Bañistas" son Aline Charigot, en primer plano -que fue una de sus principales modelos antes de en 1890 su mujer-, y Suzanne Valadon, la rubia, madre de Maurice Utrillo.
Renoir en este cuadro presenta un baile en el Moulin de la Galette, en el barrio de Montmartre.Se ve la luz a través de los árboles, y se refleja en la ropa, en el primer plano, a la derecha abajo se ven unas diagonales creadas por unos bancos y una mesa donde estan sentados amigos del pintor, casi en el centro se ve a una pareja que da la sensación de que toda la fiesta gira en torno a ellos, en uno de los bancos hay una señora y una niña, y en otro un hombre y una mujer , que no se sabe si estan discutiendo o cortejandose , el movimiento que se ve en el cuadro, que da la sensacion de que la gente está bailando, viene dado por la ondulación de las cabezas, se presentan naturalezas muertas, se destacan un jarrón y unos vasos sobre la mesa, tiene influencias de la fotografia, ya que corta los cuerpos.
Camille Pissarro
Hijo de Abraham Gabriel Pissarro, un judío sefardí portugués y Rachel Manzano-Pomié dominicana. En 1847, tras concluir parte de sus estudios en Francia, regresó a Santo Tomás para ayudar en el comercio de sus padres. En sus momentos libres se dedicaba a dibujar.1 Posteriormente abandonó su hogar debido a la oposición de sus padres a que se convirtiese en artista. Viajó a Caracas (1852), acompañado de su maestro, el pintor danés Fritz Melbye.2 Allí se dedicó plenamente a la pintura, realizando paisajes y escenas de costumbres.En 1855 se trasladó a París, donde asistió a la Escuela de Bellas Artes y a la Academia de Jules Suisse. Estudió con el paisajista francés Camille Corot y trabó amistad con Claude Monet, Cézanne y Armand Guillaumin.Claude Monet y Pissarro coincidieron en Londres, donde conocieron a Durand-Ruel (1831-1922), que se convirtió a partir de ese momento en el marchante oficial del grupo. Pissarro y Monet hicieron en Londres estudios de edificios envueltos en nieblas.Su estilo en esta época era bastante tradicional. Se le asocia con la Escuela de Barbizon aunque pasado algún tiempo evolucionó hacia el impresionismo. Se le considera, junto con Monet y Alfred Sisley, uno de los impresionistas puros, diferenciándose del grupo de los "problemáticos" (Renoir, Degas, Cezanne).Al volver a Francia después de su estancia en Londres, participó plenamente en las exposiciones del grupo impresionista, del que fue cofundador. Además, fue el único que participó en las ocho exposiciones del grupo (1874-1886).
Camille Pissaro y su esposa Julie Vellay en Pontoise en 1877.
Durante la Guerra Franco-prusiana, (1870-1871), volvió a residir en Inglaterra, donde estudió el arte inglés y en especial los paisajes de William Turner. En los años 80 experimentó con el puntillismo y produjo escenas rurales de ríos y paisajes y también escenas callejeras de París, como La calle Saint-Honoré después del mediodía (1897, Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid), La Haya y Londres.Atraído por la tierra, pintó la vida rural francesa, en particular paisajes y escenas representando personas trabajando en el campo. Del período llamado de Pontoise (1872-1884, aproximadamente) datan sus mejores obras inspiradas en Monet y Cézanne: La siega en Montfoucault (1876), Los tejados rojos (1877), Primavera en Pontoise (1877). Tras un período neoimpresionista, volvió al lirismo y al esplendor cromático del impresionismo. También son famosas sus escenas de Montmartre.En 1895, un empeoramiento de la enfermedad ocular que padecía le obligó a pintar paisajes urbanos de París desde la ventana de su casa: Avenida de la Ópera, Jardín de las Tullerías y Efecto de nieve.La obra de Pissarro está representada en el Museo de Orsay de París. Como profesor tuvo como alumnos a Paul Gauguin, Paul Cézanne, su hijo Lucien Pissarro y la pintora impresionista estadounidense Mary Cassatt. Políticamente fue simpatizante del anarquismo.
Aserrador de madera
Autor:Camille Pissarro
Fecha:1879
Museo:Colección Particular
Características:89 x 116´2 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo
Alguna de las obras realizadas por Pissarro en los años finales de la década de 1870 tienen cierto poso realista, como la que aquí contemplamos. Posiblemente esté tomada del natural pero su interés se centra más en mostrarnos el trabajo del aserrador que las circunstancias atmosféricas o cromáticas que le rodean, como realizará en Paisaje en Chaponval. La figura se sitúa al aire libre, destacando el esfuerzo físico que está haciendo para cortar la madera. Sobre su camisa blanca hay ligeros toques de color malva que indican el contacto intenso con el Impresionismo así como la pincelada empleada, pero el ambiente general de la obra no se asemeja a lo que estaban haciendo Monet, Renoir o él mismo por aquellos momentos, como demuestra en Huerto en Ermitage. Los colores oscuros empleados refuerzan el ligero gesto de tristeza del hombre, que enlaza ligeramente con Millet.
Joven campesina
Autor:Camille Pissarro
Fecha:1881
Museo:National Gallery (Washington)
Características:73´4 x 59´6 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo
Durante 1881 Pissarro va a realizar una serie de imágenes protagonizadas por gentes del campo tomadas directamente del natural, buscando ofrecer una vez más las diferencias lumínicas que tanto interesaban a los impresionistas. Formando parte de esta serie encontramos a la Pastora y a esta joven campesina, bello retrato de una muchacha presentada en primer plano, cortando sus piernas por influencia de la fotografía. La luz impacta en su sombrero mientras que el rostro y buena parte de su cuerpo quedan en sombra, de color malva también utilizado por Monet o Renoir. El rostro de la chica recoge sus sentimientos y pone de manifiesto la capacidad de Pissarro como retratista aunque le interesara más el paisaje. Otra muestra soberbia de retrato, con enorme expresividad, es la Lavandera.
Joven campesina
Autor:Camille Pissarro
Fecha:1881
Museo:National Gallery (Washington)
Características:73´4 x 59´6 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo
Durante 1881 Pissarro va a realizar una serie de imágenes protagonizadas por gentes del campo tomadas directamente del natural, buscando ofrecer una vez más las diferencias lumínicas que tanto interesaban a los impresionistas. Formando parte de esta serie encontramos a la Pastora y a esta joven campesina, bello retrato de una muchacha presentada en primer plano, cortando sus piernas por influencia de la fotografía. La luz impacta en su sombrero mientras que el rostro y buena parte de su cuerpo quedan en sombra, de color malva también utilizado por Monet o Renoir. El rostro de la chica recoge sus sentimientos y pone de manifiesto la capacidad de Pissarro como retratista aunque le interesara más el paisaje. Otra muestra soberbia de retrato, con enorme expresividad, es la Lavandera.
Los jugadores de cartas
Ruta de Versailles en Louveciennes
Autor:Camille Pissarro
Fecha:1870
Museo:Colección Particular
Características:100 x 81 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo
Desde 1866 Pissarro tenía una casita con jardín en Louveciennes, pintando los paisajes de los alrededores. Desgraciadamente no vendía casi ningún cuadro, por lo que su familia vivía en la más absoluta pobreza. Interesado en los efectos atmosféricos tomados directamente del natural, su pintura no era del agrado del gran público, pasando verdaderas calamidades como le ocurriría a Monet. En esta ocasión Camille presenta a su familia y a su vecina, mostrando el pequeño jardín lleno de flores y plantas en primer plano. Esta zona de la izquierda queda ensombrecida para dejar paso al camino hacia Versailles que da título al lienzo, iluminado por una fuerte luz solar que provoca un mayor abocetado en las figuras y las casas. La sensación de perspectiva que ha conseguido es soberbia, organizando la composición a través de una marcada diagonal. El cielo azul nos indica el buen tiempo reinante, creando una sensación atmosférica difícilmente superable. Las pinceladas son rápidas, sin perder la forma y el volumen, como ocurrirá años más tarde entre algunos impresionistas.
Paul Cézanne
París
Se inscribió en la Academia Suiza (Académie Suisse), una academia privada en la que trabajaba con modelos del natural, y en la que no había exámenes ni lecciones2 , todo ello para3 la École des Beaux-Arts. En el Museo del Louvre descubrió la obra de Caravaggio y de Velázquez, lo que marcó profundamente su evolución artística. Cuando rechazaron su candidatura a la École des Beaux-Arts, regresó a Aix y aceptó un empleo en el banco de su padre. Sin embargo, en 1862 decidió volver a París para consagrarse definitivamente a la pintura, pasándole su padre una pensión de 125 francos.2 Reanudó su amistad con Zola y continuó sus estudios en la Academia Suiza, donde conoció a Guillaumin y a Camille Pissarro, pintor mayor que él aunque poco reconocido, que vivía con su numerosa familia en una zona rural a las afueras de París. Cézanne se sintió de inmediato atraído por los elementos más radicales del mundo artístico parisino. Admiraba sobre todo al pintor romántico Eugène Delacroix y, entre los artistas más jóvenes, a Gustave Courbet y a Édouard Manet, que exponían obras de estilo y temas chocantes para sus contemporáneos. La polémica entre el arte oficial y los nuevos pintores llevó a la creación, en 1863, del Salon des Refusés donde se mostraban obras no aceptadas por el jurado oficial del Salón de París. El Salón oficial, por su parte, rechazó todas las obras que presentó desde 1864 hasta 1869. En 1864 pasó el verano en Aix-en-Provence; es el mismo año en que se celebra una muestra de la obra de Delacroix, lo que permite a Cézanne conocer su pintura en profundidad. 1869 es el año en el que conoce a la modelo Marie-Hortense Fiquet. En 1870 el Salón rechazó su Retrato de Achille Emperaire, por entender que era inaceptable al no respetar la perspectiva ni la corrección anatómica, juzgándolo «en el límite de lo grotesco».2
Cuando estalló la Guerra Franco-prusiana en julio de 1870, Cézanne y Hortense dejaron París para ir a L'Estaque, cerca de Marsella, evitando así el alistamiento. Fue declarado prófugo en enero de 1871, pero la guerra acabó en febrero y la pareja volvió a París en verano. En enero del año siguiente, 1872, tuvieron a su hijo Paul en París. Se trasladaron entonces a Auvers-sur-Oise, donde vivió en casa del Dr. Gachet. La madre de Cézanne supo de los acontecimientos familiares, pero no su padre, a quien no se le mencionó la existencia de Hortense por miedo de incurrir en su ira. En Auvers profundiza su amistad con Pissarro, que vivía en Pontoise. Inicialmente, era la relación de un maestro con su alumno, con Pissarro ejerciendo una influencia formativa sobre el artista más joven. Durante mucho tiempo después, Cézanne se describió a sí mismo como el alumno de Pissarro, refiriéndose a él como «Dios Padre» y diciendo «Todos nosotros provenimos de Pissarro».4 Bajo la tutela de Pissarro, en el corto periodo comprendido entre 1872 y 1873, Cézanne pasó de los tonos oscuros a los colores brillantes y comenzó a concentrarse en escenas de la vida rural. A lo largo de la siguiente década, sus excursiones para pintar paisajes juntos, del natural, en Louveciennes y Pontoise, llevaron a una relación de trabajo en colaboración entre iguales.
Una moderna Olimpia, h. 1873-74, obra de Cézanne presentada en la primera muestra impresionista.
Dejando a Hortense en la región de Marsella, Cézanne se movía entre París y Provenza. Gracias a Pissarro, conoció al "tío" Tanguy en París en el año 1873. Se trataba de un comerciante de colores que aceptaba cuadros como pago de los materiales que vendía a los pintores. Aunque parecía tener menos dominio de la técnica que los otros impresionistas, Cézanne fue aceptado dentro del grupo. Expuso en la primera muestra impresionista celebrada en el estudio del fotógrafo Nadar en 1874: se expusieron Una moderna Olimpia, Paisaje de Auvers-sur-Oise y La casa del ahorcado. Estas obras fueron objeto de burlas, pero la tercera llegó a venderse (ahora en el Museo de Orsay de París). En 1875, llamó la atención del coleccionista Victor Chocquet, cuyos encargos le proporcionaron algo de alivio financiero. Pasó el verano de 1876 en L'Estaque, lo que le dio la oportunidad de pintar dos marinas. No intervino en la segunda muestra impresionista, pero sí en la tercera (1877) celebrada en la calle Pelletier, con dieciséis obras, entre acuarelas, bodegones, paisajes, un cuadro de bañistas y un retrato del coleccionista Chocquet. El éxito comercial de los impresionistas era ya limitado de por sí y, dentro de este grupo, las obras de Cézanne tuvieron la acogida más desfavorable. Sus pinturas provocaban hilaridad, indignación y sarcasmo. El crítico Louis Leroy dijo del retrato de Chocquet: «Esta cabeza que parece tan peculiar, con el color de una bota vieja, impresionaría a [una mujer embarazada] y provocaría la fiebre amarilla en el fruto de su vientre antes de su entrada en el mundo».5 Cézanne no volvió a exponer con el grupo.
Provenza Cézanne pasó el año 1878 en el Mediodía francés, con Hortense y su hijo. En marzo, su padre descubrió el asunto de Hortense y amenazó con romper con él financieramente pero, en septiembre, decidió subirle la asignación a 400 francos. En 1879-80 pasó parte del invierno en Melun, aprovechando para pintar el paisaje cubierto de nieve. Entre las obras maestras de este periodo está la vista del Puente de Maincy. En agosto de 1880 marchó a casa de Zola en Médan, a orillas del Sena donde conoció a Huysmans; aprovechó para pintar al aire libre. Su padre, debido a la vida que lleva, dejó de enviarle ayuda. En mayo de 1881, conoció a Gauguin en la casa de Pissarro en Pontoise; en octubre regresó a Aix, donde su padre Louis-Auguste le hizo un estudio en Jas de Bouffan.2 Estaba en la planta superior y se le proporcionó una gran ventana, que permitía la entrada de la luz del norte pero interrumpiendo la línea de los aleros, lo cual aún se aprecia. La familia Cézanne fijó definitivamente su residencia en L'Estaque, y a partir de entonces sólo en raras ocasiones abandonó Provenza. El traslado refleja una nueva independencia respecto a los impresionistas, centrados en París, y la preferencia del pintor por el sur, su tierra natal.En L'Estaque recibió la visita de Renoir (1882), quien quedó impresionado con la belleza del paisaje. Ese año fue la única vez que pudo exponer en el Salón de París, gracias a la intervención de su amigo y artista Antoine Guillemet, Retrato de Louis-Auguste Cézanne, padre del artista, leyendo 'l'Evénement', 1866 (National Gallery, Washington).6 Escaso es el reconocimiento que obtiene por la crítica oficial. Por entonces, dejó de trabajar en estrecha relación con Pissarro. Había conocido al pintor Monticelli en Marsella en los años 1860, y entre 1878 y 1884 los dos artistas a menudo pintaron paisajes juntos, recorriendo en una ocasión durante un mes el campo de Aix. En 1883 murió Manet, noticia que afectó a Cézanne. En diciembre se reunieron con él en L'Estaque Monet y Renoir.El año 1886 fue crucial: se casó con Hortense y, en octubre, murió su padre. Le dejó en herencia la finca que había adquirido en 1859. Cézanne tenía 47 años de edad y por fin consiguió la independencia económica, gracias a la gran herencia que recibió,7 aunque siguió manteniendo el aislamiento social. Es el año de su ruptura con Émile Zola, después de que este le usara, en gran medida, como modelo para el artista fracasado y trágico Claude Lantier, en La obra. Cézanne sintió que la novela era indecorosa y una traición por parte de su amigo de la infancia, por lo que rompieron su amistad y no volvieron a verse.Para el año 1888 la familia estaba en la anterior mansión, Jas de Bouffan, un sólido edificio y terrenos con edificaciones anejas. Actualmente es propiedad de la ciudad, aunque con menos terreno, y está abierta al público de manera limitada. En 1889 muestra La casa del ahorcado en la Exposición Universal. Al año siguiente, expone en Bruselas con los XX, un grupo de pintores muy activos.2 No obstante, su periodo idílico en Jas de Bouffan fue sólo temporal. Desde 1890 hasta su muerte, se sucedieron acontecimientos perturbadores que le hicieron aislarse más, dedicándose en exclusiva a la pintura. Entre 1887 y 1893, sólo recibe la visita de unos pocos iniciados, como los marchantes de arte J. Tanguy y Ambroise Vollard.Los problemas comenzaron con el comienzo de la diabetes en 1890, desestabilizando su personalidad hasta el punto de que las relaciones con otros quedaron de nuevo afectadas. Viajó a Suiza, con Hortense y su hijo, quizá esperando restaurar su relación. Cézanne, sin embargo, regresó a vivir a Provenza; Hortense y Paul el joven, a París. Las necesidades financieras obligaron a Hortense a volver a Provenza pero en viviendas separadas. Cézanne se trasladó con su madre y su hermana.En 1891 volvió al catolicismo, aunque las imágenes religiosas fueron escasas en su obra tardía. Cézanne sostenía que «Cuando juzgo el arte, cojo mi cuadro y lo pongo junto a un objeto obra de Dios como un árbol o una flor. Si desentona, no es arte».8En 1895 se celebró su primera exposición individual, organizada por Vollard, con 100 lienzos. Este marchante promocionó la obra de Cézanne con gran éxito durante los años siguientes, logrando que subiera su cotización, como se comprueba al ver los precios de las ventas Duret y Tanguy (1894)9 2 y la venta Chocquet de 1899.10En 1897 murió su madre, lo que le permitió reconciliarse con su mujer. Vendió Jas de Bouffan y alquiló un lugar en Rue Boulegon, donde construyó un estudio. También alquiló una habitación en el Château Noir, cerca de Aix, donde se prepara un pequeño estudio. Pasó una temporada en Le Tholonet, en la ladera de la montaña Sainte-Victoire, haciendo de ella objeto de su pintura, lo mismo que la cantera de Bibémus.2Sus pinturas se hicieron bien conocidas y buscadas y obtuvo el respeto de una nueva generación de pintores. A pesar del creciente reconocimiento público y éxito financiero, Cézanne prefirió trabajar en el aislamiento artístico, normalmente pintando en Provenza. En 1900 tres de sus lienzos se incluyen en la Exposición Universal y trece en una exposición organizada por Paul Cassirer en Berlín, ocasión en la que el poeta Rainer Maria Rilke vio su obra por vez primera.2 En 1901 expone en el Salón de los Independientes. Ese mismo año, Maurice Denis presenta su Homenaje a Cézanne, cuadro en el que puede verse a un grupo de artistas (Redon, Vuillard, Bonnard y Denis) alrededor de un bodegón pintado por Cézanne y que había sido propiedad de Gauguin.1La relación entre Cézanne y su mujer siguió siendo tormentosa. Necesitaba un lugar en el que estar él solo. En 1901 compró algo de tierra a lo largo del Chemin des Lauves («Camino de Lauves»), una carretera aislada en la colina de Lauves, y encargó que le hicieran allí un estudio (el atelier, actualmente abierto al público), en donde aún puede verse el atrezzo de sus obras, tal como las dejó. Desde allí se ve la montaña Sainte-Victoire. Allí pintó hasta su muerte. Mientras tanto, en 1902, hizo un borrador de testamento excluyendo a su esposa de su herencia y dejándoselo todo a su hijo. Aparentemente la relación estaba de nuevo rota; se dice que ella quemó los recuerdos de su madre.En 1903 culmina el reconocimiento de su obra, apareciendo en diversas exposiciones. Así, el Salón de Otoño expone 33 lienzos suyos. También se incluyen obras de Cézanne en la Secesión vienesa y en la de Berlín.Émile Bernard, que ya en 1892 había dedicado un artículo a Cézanne, estuvo trabajando con él durante todo un mes en 1904.11 2 Ese mismo año, el Salón de Otoño le dedicó toda una sala, con 30 cuadros y dos dibujos. En 1905 Vollard presentó las acuarelas de Cézanne. Era ya un pintor de prestigio. Se sucedían exposiciones retrospectivas. Muchos pintores jóvenes viajaron hasta Aix-en-Provence para verle trabajar y pedirle consejo durante los últimos años de su vida. Sin embargo, tanto su estilo como sus teorías continúan siendo misteriosas y crípticas; para unos era un pintor primitivo ingenuo y para otros un complicado maestro en los procedimientos técnicos.
]Muerte de Cézanne Un día, Cézanne se vio atrapado por una tormenta mientras trabajaba en el campo.12 Sólo después de haber trabajado durante dos horas bajo el aguacero decidió regresar a casa; pero en el camino se desmayó. Lo llevó a casa un conductor que pasaba.12 Su ama de llaves le frotó los brazos y las piernas para restaurar la circulación; como resultado, recuperó la consciencia.12 Al día siguiente, pretendía seguir trabajando, pero más tarde se desmayó; el modelo pidió ayuda; le metieron en la cama, en Lauves, de donde no volvió a salir.12 Murió unos pocos días después, el 22 de octubre de 1906.12 Murió de neumonía y fue enterrado en el antiguo cementerio en su amada ciudad natal de Aix-en-Provence.13Después de su muerte, su estudio en Aix se convirtió en un monumento, Atelier Paul Cézanne, o les Lauves.Cézanne intentó conseguir una síntesis ideal de la representación naturalista, la expresión personal y el orden pictórico. Al igual que Zola con el realismo literario, Cézanne manifestó un interés progresivo en la representación de la vida contemporánea, pintando el mundo tal como se presentaba ante sus ojos, sin preocuparse de idealizaciones temáticas o afectación en el estilo. Luchó por desarrollar una observación auténtica del mundo visible a través del método más exacto de representarlo en pintura que podía encontrar. Con este fin, ordenaba estructuralmente todo lo que veía en formas simples y planos de color. Su afirmación «Quiero hacer del impresionismo algo sólido y perdurable como el arte de los museos»,14 subraya su deseo de unir la observación de la naturaleza con la permanencia de la composición clásica. Ello queda en evidencia igualmente con su pretensión de «revivir a Poussin del natural» (Vivifier Poussin sur nature).15Son muy características y fácilmente reconocibles sus pinceladas, a menudo repetitivas, sensibles y exploratorias. Estas pequeñas pinceladas y planos de color se conjugaban para formar campos complejos, expresando al mismo tiempo las sensaciones del ojo que observa y una abstracción de la naturaleza observada.
Cézanne se esforzó por comprender y reflejar la complejidad de la percepción visual humana. Quería ofrecer una visión auténtica de la realidad, y para ello observa los objetos desde distintos puntos de vista, lo que le lleva a representarlos desde perspectivas diferentes simultáneamente.2 La obra de madurez de Cézanne muestra el desarrollo de un estilo de pintura solificado, casi arquitectónico. La intensidad de sus colores, unida al aparente rigor de la estructura compositiva, indican que, a pesar de la frecuente desesperación del propio artista, había sintetizado los elementos básicos de representación y expresividad de la pintura de un modo muy personal.Estaba interesado en la simplificación de las formas que ocurrían naturalmente a sus esencia geométrica:Todo en la naturaleza se modela según la esfera, el cono, el cilindro. Hay que aprender a pintar sobre la base de estas figuras simples; después se podrá hacer todo lo que se quiera. Cézanne, 1904.2Por ejemplo, un tronco de árbol puede concebirse como un cilindro, una cabeza humana como una esfera. Además, la atención concentrada con la que había registrado sus observaciones de la naturaleza dieron como resultado una profunda exploración de la visión binocular, que resulta de dos percepciones visuales simultáneas y ligeramente diferentes, y nos proporciona una percepción de la profundidad y un conocimiento complejo de las relaciones espaciales. Vemos dos puntos de vista simultáneamente; Cézanne empleó este aspecto de la percepción visual en su pintura en grados diferentes. La observación de este hecho, junto con el deseo de Cézanne de capturar la verdad de su propia percepción, a menudo le llevó a presentar los perfiles de formas para al mismo tiempo intentar mostrar los puntos de vista distintivamente diferentes de tanto el ojo izquierdo como el derecho.En 1895 hizo una visita germinal a las canteras de Bibémus y ascendió la montaña Sainte-Victoire. El paisaje laberíntico de las canteras debieron impresionarle particularmente, pues alquiló una cabaña allí en 1897. Se cree que estas formas inspiraron el estilo cubista en embrión. Cézanne se concentró en unos pocos géneros, en los que era hábil por igual: bodegones, retratos (y autorretratos), paisajes y estudios de bañistas (desnudos en el paisaje).2 Respecto al último, Cézanne se vio obligado a dibujar a partir de su imaginación, debido a la falta de modelos desnudos disponibles. Como sus paisajes, sus retratos se pintaban a partir de lo que era familiar, de manera que no sólo su esposa e hijo, sino también campesinos locales, niños, y su marchante, sirvieron de modelos.Cézanne continuó pintando directamente del natural con brillante colorido de tipo impresionista, pero fue simplificando de modo gradual la aplicación de la pintura hasta el punto de que parecía lograr expresar el volumen con sólo unas cuantas pinceladas de color yuxtapuestas. Más adelante los expertos llegarían a afirmar que Cézanne había descubierto un modo de representar tanto la luz como las formas de la naturaleza simplemente mediante el color. Parecía reintroducir una estructura formal que los impresionistas habían abandonado, sin sacrificar por ello la sensación y vivacidad lumínica lograda por ellos. El propio Cézanne hablaba de modular el color en lugar de modelar el claroscuro de la pintura tradicional. Con ello se refería a que suplantaba las convenciones artificiales de representación (modelar) por un sistema más expresivo (modular) que se hallaba aún más próximo a la naturaleza o, como decía el propio artista, "paralelo a la naturaleza". Para Cézanne la solución a todos los problemas técnicos del impresionismo radicaba en utilizar el color de un modo más ordenado y expresivo que el de sus compañeros impresionistas.Cézanne consideraba que nunca llegaba a alcanzar plenamente su objetivo, por lo que dejó la mayor parte de sus obras sin acabar y destruyó muchas otras. Se lamentaba de su fracaso a la hora de representar la figura humana y, efectivamente, las grandes obras con figuras humanas de sus últimos años revelan unas distorsiones curiosas que parecen dictadas por el rigor del sistema de modulación cromática que él mismo impuso sobre sus propias representaciones. Ejemplo de ello son toda la serie de pinturas dedicadas al tema de los y las bañistas.
Los jugadores de cartas (Les Joueurs de cartes en el título francés original) es una serie de cinco cuadros sobre el tema de la partida de cartas, que realizó el pintor francés Paul Cézanne entre 1890 y 1895 (la comenzó estando en Suiza y la acabó en Aix-en-Provence).1 2 3
Pertenece a la época de madurez (década de 1890) en la que Cézanne produce sus principales lienzos. Ejemplifica los cuadros en los que los personajes están fuertemente anclados en su decorado.2 Es un periodo en que Cézanne fue invitado a exponer con el grupo Les XX en Bruselas y, más tarde, celebró su primera exposición en París.3
Especialmente en las tres últimas versiones, todos los volúmenes están definidos de manera geométrica,3 lo que confiere a los dos personajes una dignidad clásica. En las versiones iniciales son tres jugadores contemplados por otros personajes, composición que va simplificando hasta reducirla a dos campesinos que juegan a las cartas, con una botella de vino en medio, en la que se refleja la luz.1 Distorsionando la visión perspectiva, Cézanne logra obtener el máximo grado de centralidad, que resulta increíble en una escena de vida. Toda la tela está construida con tonos de los colores azul, amarillo y rojo. Esta restricción cromática «intensifica la sensación de austeridad formal».3 Las pinceladas se presentan solitarias y sintéticas, como el reflejo sobre la botella o el simple trazo que describe el ojo del jugador de la derecha. Pinta con la técnica del facetado, lo que es evidente en la cara del jugador de la izquierda. éste lleva un sombrero de forma cilíndrica, lo que recuerda la afirmación de Cézanne de que
«Todo en la naturaleza está modelado según la esfera, el cilindro y el cono»
En las últimas versiones de la serie, Cézanne no proporciona sólo una impresión, sino también una descripción del sentido interno de la acción, como síntesis destinada a permanecer en la mente bajo la forma del recuerdo.
Las grandes bañistas es un cuadro del pintor francés Paul Cézanne. Está realizado en óleo sobre lienzo. Mide 208 cm de alto y 251 cm de ancho. Fue pintado en 1906. Se encuentra en el Museo de Arte, Filadelfia, Estados Unidos.
Es la tela más grande jamás pintada por Cézanne, que la trabajó durante siete años en el estudio que tenía en Lauves, y es la más trabajada de las tres versiones juzgadas conclusivas del tema de los bañistas, tratado reiteradamente por el pintor, desde 1870 hasta su fallecimiento en 1906. Se considera que este cuadro puede estar inacabado.
La gama de los colores está reducida a tonos sobrios: ocre, malva y verde o azul verdoso.
El cuadro se compone en torno a dos grupos de figuras de bañistas, entre las que hay una mancha blanca que podría ser un perro. Están a la orilla de un río, en el que puede verse a una figura nadando. Más allá, en línea con el perro y la nadadora, dos figuras en la otra orilla; y, detrás de ellos, un castillo. Hay dos grupos de árboles inclinados que forman una especie de bóveda por encina de las bañistas, y que se abren a la lejanía, a una profundidad central.
Los cuadros de los bañistas serán fundamentales para la historia posterior del arte, influyendo profundamente a todos los protagonistas de la vanguardia, desde Matisse a Braque, de Picasso a Moore. Este estilo final de Cézanne anuncia ya el cubismo
La montaña Sainte-Victoire vista desde Bellevue
La montaña Sainte-Victoire vista desde Bellevue es un cuadro del pintor francés Paul Cézanne. Está realizado en óleo sobre lienzo. Mide 73 cm de alto y 92 cm de ancho. Fue pintado hacia 1885. Se encuentra actualmente en la Barnes Foundation de Pennsylvania (Estados Unidos), donde se exhibe con el título de Mont Sainte-Victoire seen from Bellevue.
Pertenece al género del paisaje. El tema de la pintura es la montaña Sainte-Victoire en Provenza en el sur de Francia. Cézanne pasó mucho tiempo en Aix-en-Provence en aquella época, y desarrolló una relación especial con el paisaje. Esta montaña en particular, que destacaba en el paisaje que lo rodeaba, la podía ver desde su casa, y la pintó en numerosas ocasiones.1
La pintura muestra claramente el proyecto de Cézanne de dar orden y claridad a escenas naturales, sin abandonar el realismo óptico del impresionismo.2 Tanto la luz como los colores de la pintura dan la impresión de una plantilla que no está impuesta a la naturaleza, sino que está allí de forma natural.
Berthe Morisot
Nacida en en Bourges, en el seno de una familia burguesa, fue precisamente su familia quien animó a Berthe y a su hermana Edma a iniciarse en el arte. Morisot demostró la posibilidades de las mujeres en las artes a fines del siglo XIX.
A la edad de 20 años, Berthe Morisot conoció a Camille Corot, importante paisajista de la Escuela de Barbizon. Éste la admitió como su discípula y la introdujo en los círculos artísticos.
Pronto adquirió la técnica impresionista de pintar al aire libre, donde creaba pequeños cuadros y esbozos para grandes obras que terminaba en el estudio. Su primera participación en el Salón de París fue en 1864 con dos paisajes y continuó exhibiendo continuamente en el Salón hasta 1874, año de la primera exposición impresionista, en la que participo con La cuna.
En 1868, conoció a Édouard Manet y en 1874 se casó con Eugène Manet, su hermano menor. Ella fue la que convenció al maestro de pintar al aire libre y lo atrajo al grupo de pintores que sería posteriormente los impresionistas. Manet sin embargo, nunca se consideró como impresionista, ni estuvo de acuerdo con exhibir junto al grupo.
Morisot, junto a Camille Pissarro, fueron los dos únicos pintores que tuvieron cuadros en todas las exposiciones impresionistas originales. Asimismo, Berthe fue la modelo de Manet tanto en diversos e importantes retratos como en su obra de gran formato El Balcón, donde el pintor francés da cuenta de su admiración por la obra de Goya, tratanto el mismo tema de su "Majas en el balcón", obra menos conocida en España pues se encuentra en una colección privada suiza.
Al igual que Mary Cassatt, Eva Gonzalès o Marie Bracquemond, Berthe Morisot fue relegada a la categoría de "artistas femeninas" por su temática de la vida cotidiana (mujeres, niños y escenas domésticas). Sin embargo, como mandaba la doctrina impresionista, Morisot pintaba la inmediatez, lo que veía en su vida normal. Como una mujer de la alta burguesía, estaba habituada a escenas domésticas, deportes campestres y un amplio círculo de mujeres y niños, ya que el mundo masculino les estaba vetado.
Sin excepción, sus cuadros muestran unos temas equivalentes al de sus colegas masculinos. Edgar Degas, también de clase burguesa, pintaba ensayos de ballet, carreras de caballos, desnudos femeninos y a la propia Berthe durante su etapa de formación, pasada como "copista" de los grandes maestros en el Louvre. Claude Monet pintaba los nenúfares de su jardín, a sus hijos, etc. Las mujeres impresionistas pintaban su entorno social bajo el enfoque impresionista. A pesar de esto, la figura de Berthe Morisot, junto a las de otras maestras de la pintura, quedó ensombrecida por el conjunto del movimiento y en especial de los pintores masculinos. La técnica que desarrolla Morisot se basa en un tratamiento de pinceladas suaves desde un principio hasta que evolucione a un impresionismo más expresado en la pincelada, en concreto a partir de 1873, cuando el tratamiento más libre de la pinceladas rápidas y planas y la atmósfera más tratada con el color permitan reflejar una estética más de índole impresionista.
A partir de 1880, la influencia de Renoir se refleja en su obra. La frescura luminosa de su paleta, la factura libre y vigorosa, así como, la atmósfera poética de sus lienzos, son reconocidas y admiradas. En 1892 la galería Boussod-Valadon le dedica una exposición que tuvo un gran éxito.
La vida de Berthe Morisot se vio ensombrecida por la muerte de Édouard Manet en 1883, la de su esposo, Eugène Manet, en 1892, y la de su hermana. Educó sola a su hija, Julie Manet, con quien mantuvo siempre lazos muy fuertes. Al morir a los cincuenta y cuatro años, confió su hija a sus amigos, Edgar Degas y Stéphane Mallarmé.
Berthe Morisot murió en 2 de marzo de 1895 en París y está enterrada en el cementerio de Passy en París.
En la actualidad, sus pinturas pueden alcanzar cifras de más de 4 millones de dólares.
La cuna
La cuna constituye la primera aparición en la obra de Morisot del tema de la maternidad, que posteriormente sería cultivado asiduamente por la artista.2 El lienzo revela la influencia de Édouard Manet, pintor al que Morisot había conocido en el Louvre en 1868 y con cuyo hermano Eugène se casaría en 1874. La composición del cuadro se basa en la diagonal formada por la mirada de la madre hacia su hija dormida y la tela de la cuna en que esta duerme.3 La diagonal queda reforzada por el brazo izquierdo, doblado, de la madre, al cual responde el pequeño brazo, también doblado, del bebé.2
Morisot utiliza en esta pintura un número reducido de colores y una pincelada fluida. El cuadro refleja una atmósfera de gran intimidad, dulzura y amor protector. Este cuadro, junto con otros como el que Claude Monet pintara de su hijo, Jean Monet en su cuna (Jean Monet dans son berceau, 1867) intentan una nueva representación de la infancia.3
Con respecto al título, La cuna, al compararlo con el de otros cuadros que representaban también a niños durmiendo que fueron presentados en el Salón oficial, afirma Dominique Lobstein que «antes de contribuir quizás a una revolución estética, este cuadro participa de una evolución retórica: Morisot abandona todo pintoresquismo anecdótico y los títulos cobran una simplicidad de buen gusto, destinada a informar inmediatamente al espectador del contenido de la obra y permitirle proyectarse como en su propia cotidianeidad».
La lectura
Las mujeres que trabajan en el estilo impresionista se especializan en escenas intimistas como es el caso de Berthe Morisot. Sus imágenes están realizadas con gran delicadeza y muestran el "modus vivendi" femenino a fines del siglo XIX. En este lienzo contemplamos a Madame Morisot y a su hija Madame Pontillon - madre y hermana respectivamente de la pintora - en un momento de ocio, leyendo una y pensando la otra. La mujer de más edad viste un traje negro mientras la joven viste de blanco, creando un contraste muy del gusto de Manet, con el que Morisot tenía relación desde hacía un par de años. La escena se desarrolla en un interior que alberga un gran espejo, un sofá estampado y una mesa con un jarro de flores. La luz procedente de la izquierda baña a Madame Pontillon, cuya belleza queda resaltada por ese foco solar, mientras que la madre de las Morisot se sitúa en una zona más ensombrecida. El estilo de Berthe es rápido pero destaca el dibujo
sobre el abocetamiento de obras posteriores - véase Joven cosiendo en un jardín - estando influida aún por su aprendizaje con Corot.
Caza de mariposas
Autor:Berthe Morisot
Fecha:1874
Museo:Colección Particular
Características:
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo
Las escenas al aire libre serán también muy atractivas para Morisot al estar tomadas directamente del natural como sugerían sus amigos impresionistas. Siempre apuntan ciertas dosis de familiaridad como ocurre en toda la producción de Berthe, especialista en escenas intimistas en donde narra la vida más cotidiana, más cercana al espectador. En este caso aparece una mujer - quizás su hermana Edma - acompañada de varios niños que cazan mariposas en un bosque. En la zona superior del lienzo podemos observar pequeñas zonas de luz que en la parte baja no se muestra debido a la densa vegetación; por eso los tonos verdes son más fríos, indicando la ausencia de luz solar en la zona. La técnica utilizada por Morisot es sumamente rápida, aplica el óleo con largos toques de pincel que dejan esbozado el conjunto, creando un sensacional efecto atmosférico similar al de Monet.
En el comedor
Autor:Berthe Morisot
Fecha:1884
Museo:National Gallery (Washington)
Características:61´3 x 50 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo
Aunque Berthe Morisot siente especial debilidad por las escenas intimistas no dejará de lado el interés que le despierta la luz, aunando ambos conceptos en la mayor parte de sus trabajos, como ocurre en esta ocasión. La protagonista es una de las sirvientas que trabajaban en casa de los Manet-Morisot en la rue de la Villejuste, situada en el comedor familiar iluminado por un amplio ventanal. La joven está de frente quedando en una zona de sombra que se llena de tonalidades malvas como la mayor parte del espacio. De esta manera, Berthe conecta con la filosofía del grupo impresionista en el que estaba integrada desde hacía una década. Su técnica es de las más virtuosas del grupo, empleando una pincelada rápida y empastada en la que los trazos parecen tomar direcciones opuestas. Pero no debemos dejar de advertir el seguro y firme dibujo que organiza toda la composición, aprendido gracias a su contacto con Manet desde 1868. La escena se carga de veracidad, creando efectos atmosféricos y cromáticos difícilmente superables.
Mary cassat
Pennsylvania, 22 de mayo de 1844 – Château de Beaufresne, cerca de París, 14 de junio de 1926) fue una pintora estadounidense.
Nació en Allegheny City, ciudad que actualmente forma parte de la de Pittsburgh. Perteneció a una familia acomodada en la que la educación era muy valorada y en un ambiente que concedía gran importancia a la cultura de viajar. Los negocios de su padre le permitieron ya durante su infancia pasar cinco años en Europa y visitar las principales capitales, como Londres, París o Berlín; durante esta estancia aprendió idiomas y recibió sus primeras clases de música y dibujo.
A pesar de no contar con la aprobación de sus padres, a la edad de quince años inició sus estudios de pintura en la Academia de Bellas Artes de Pennsylvania (1861-1865). En 1866, cansada de la actitud condescendiente de profesores y alumnos, así como del lento desarrollo de las enseñanzas, decidió estudiar a los maestros del arte por sí misma y se trasladó a París en compañía de su madre y algunos amigos de la familia. Dado que no era posible para las mujeres matricularse en la Escuela de Bellas Artes, siguió estudios privados con diversos artistas, y realizó mucha práctica como copista en el Museo del Louvre.
A fines del verano de 1870, al iniciarse la guerra franco-prusiana, regresó a los Estados Unidos y vivió nuevamente con su familia, por entonces radicada en Altoona. Su padre aún continuaba resistiéndose a aceptar su vocación, por lo que le financiaba sólo las necesidades básicas y no los materiales artísticos, además muy difíciles de conseguir desde allí. Expuso un par de cuadros en una galería neoyorquina, encontrando elogios pero no compradores; en Chicago, a donde se trasladó a probar suerte, perdió varias pinturas en el gran incendio de 1871. Poco después recibió un encargo del arzobispo de Pittsburgh para realizar dos copias de Correggio en Parma (Italia), y tras su regreso en otoño comenzaron a cambiar sus perspectivas, exponiendo y vendiendo sus primeros cuadros. Un nuevo viaje la llevará en 1873 a Madrid y Sevilla, donde realiza varios cuadros de temas españoles.
En 1872 observamos una maduración en su estilo, debido en parte al estudio de los maestros en los más importantes museos europeos y a las indicaciones de su maestro Camille Pissarro. Ese mismo año una de sus pinturas fue aceptada por el jurado para ser expuesta en el Salon de París. Los críticos dijeron que sus colores eran muy brillantes y que sus retratos demasiado fieles para favorecer al modelo. Cassatt realizó frecuentes críticas a su vez sobre las dificultades que una mujer encontraba para que sus obras fueran aceptadas en el Salón.
En 1874 decide mudarse definitivamente a París, junto con una de sus hermanas. En 1875, después de ver una obra al pastel de Edgar Degas en el escaparate de una galería de arte, supo que no estaba sola en su rebelión, y en una carta a un amigo encontramos lo siguiente: "Solía aplastar mi nariz contra las ventanas para absorber todo lo que podía de su arte... Cambió mi vida, desde entonces pude ver al arte del modo que siempre quise verlo".
En 1877, en uno de los más bajos momentos de su carrera tras el rechazo de las dos obras que había presentado al Salón, el propio Edgar Degas la invitó a exhibir su trabajo junto a los impresionistas, que tres años atrás habían comenzado a exponer sus obras de forma rebelde e independiente, lo que la llevó a participar en varias de las exposiciones impresionistas a partir de 1879. Poco después de su triunfo con los impresionistas, Cassatt dejó la pintura para hacerse cargo de su madre y hermana, quienes enfermaron luego de mudarse de nuevo a París en 1877. Su hermana murió en 1882, lo que dejó a la artista sin ánimo para pintar; su madre recuperó la salud, tras lo cual retomó la pintura.
El paseo en barca (The Boating Party), pintura de Mary Cassatt, h. 1893-1894, óleo sobre lienzo, 90 x 117 cm, Galería Nacional de Arte, Washington DC
Permaneció unida al círculo de los impresionistas hasta 1886, pues ya no se identificaba con éste ni con ningún otro movimiento artístico; a pesar de ello, no perdió su amistad con Degas y Berthe Morisot. El estilo de Cassatt continuó en evolución, acercándose hacia una honesta y simple copia de la realidad; empezó a experimentar con varias técnicas, y en su trabajo posterior podemos observar que casi un tercio de sus pinturas nos muestran escenas domésticas y retratos de madres e hijos en íntima relación, especialmente a partir de 1900.
La década de 1890 fue la época más creativa de Cassatt; expuso regularmente en las galerías neoyorquinas e incluso se convirtió en modelo a seguir para jóvenes artistas norteamericanas a las que aconsejaba en sus carreras; entre éstas destaca Lucy A. Bacon, que fue presentada por Cassatt a Camille Pissarro. Al iniciarse el nuevo siglo trabajó como consejera para varios coleccionistas de arte, a los que recomendaba que eventualmente donaran sus compras a los museos de arte norteamericanos. Sin embargo, el reconocimiento amplio de su arte fue tardío en los Estados Unidos.
En 1891 exhibió una serie de coloridas pinturas entre las cuales estaban Mujer tomando un baño y El salón de belleza, cuadros inspirados en el arte japonés que fueron exhibidos en París un año antes. Fue en general hostil a los movimientos pictóricos posteriores, como el posimpresionismo, el cubismo y el fauvismo. Un viaje realizado a Egipto en 1910 dejó a Cassatt impresionada, y también la introdujo en una crisis de salud y de creatividad, considerando que sus manos eran incapaces de reproducir la fuerza de aquel que era seguramente el mejor arte de la Antigüedad. En 1911 fue diagnosticada de diabetes, reumatismo, neuralgia y cataratas, y en 1914 tuvo que dejar de pintar por hallarse casi completamente ciega, a pesar de lo cual en 1915 aún tuvo fuerzas para contribuir con 18 pinturas en apoyo del movimiento sufragista. Tras 11 años de completa inactividad artística debido a su ceguera, falleció en la casa familiar en 1926, y sus restos reposan en un mausoleo en Le Mesnil-Théribus, en la Picardía francesa,1 país que en 1904 le había concedido la Legión de Honor por sus contribuciones al arte.
Nunca contrajo matrimonio, pues desde muy pronto consideró que ello era incompatible con el desarrollo de su carrera.
En esta imagen, Mary Cassatt nos muestra a una típica dama de la burguesía en los años finales del siglo XIX, quizá integrante de la élite social norteamericana. La mujer se nos presenta delante de una mesa sobre la que observamos una rica vajilla aludiendo a la costumbre de tomar el té. La figura se recorta sobre un fondo neutro, en el que se insinúa el marco de un cuadro - posiblemente el retrato de algún antepasado como símbolo de los laureles familiares - vistiendo un traje negro, cubriendo su cabeza con un fino pañuelo de encaje blanco. Su mirada ausente refleja perfectamente el alma de la dama. Una vez más, Mary Cassatt nos ofrece una inolvidable estampa de carácter intimista en la que hace gala del estilo impresionista, al que añade su toque personal recurriendo a un dibujo preciosista como podemos observar en el rostro, la mano o la vajilla de porcelana. Sin embargo, conserva cierta soltura en la pincelada y crea un especial efecto atmosférico, características que sitúan a la norteamericana en la órbita de Degas y el Impresionismo.
En la Opera Autor:Mary Cassatt Fecha:1880 Museo:Museo de Boston Características:80 x 64´8 cm. Material:Oleo sobre lienzo Estilo:Impresionismo
Siempre se ha considerado a Degas como el pintor que nos muestra múltiples aspectos de la Opera. Su gran alumna Mary Cassatt no queda a la zaga al ofrecernos una imagen que pasó desapercibida para el maestro: el flirteo y el cotilleo entre los espectadores adinerados que ocupaban los palcos. En este caso, observamos a una mujer acodada en la barandilla mientras observa con sus anteojos, bien lo que ocurre en la escena o lo que sucede en otros palcos. Al fondo podemos apreciar a un hombre que descaradamente apunta con sus anteojos al palco que ocupa la protagonista de la composición. Las tonalidades negras y rojas se adueñan del conjunto, contrastando con el blanco-amarillento del frente de los palcos. Mientras que la zona del primer plano está más matizada, en el fondo encontramos un difuminado mayor debido a la sensación atmosférica tan del gusto impresionista. El dibujismo de la figura de la dama supone un nuevo contraste sí lo comparamos con el fondo.
En la hierba Autor:Mary Cassatt
Fecha:1880 Museo:Colección Particular Características:54 x 65 Material:Oleo sobre lienzo Estilo:Impresionismo
En esta composición Mary Cassatt se siente atraída por la manera de captar diferentes figuras al aire libre, de igual manera que hacían Manet, Monet o Renoir. Y es que para los impresionistas, la luz natural será uno de sus grandes retos, interesándose especialmente por los estudios lumínicos. Cassatt ha situado a tres figuras en un jardín, iluminando plenamente a las dos primeras por lo que sus contornos se difuminan y apenas podemos observar con nitidez sus facciones. Sin embargo, el rostro de la tercera figura queda en una zona de sombra al situarse bajo el sombrero por lo que sus rasgos han sido representados con mayor detallismo. El dibujismo tradicionalmente académico deja paso a la pincelada suelta, a la mancha, recurriendo a una gama de tonalidades oscuras para rodear a los tres personajes, destacando los colores blancos de cuellos, puños o sombrero.